MISIÓN Y VISIÓN

Nuestra Misión. Vivir y anunciar el Evangelio para cumplir el propósito de Cristo: brindarnos vida eterna por medio de su salvación y una vida espiritual abundante por medio de su Espíritu (Juan 10:10b).

Nuestra Visión. Ser una iglesia misionera y orientada por una interpretación sana de las Escrituras, formada por discípulos de Cristo en íntima comunión con Dios y entre ellos, que caminen con integridad dentro y fuera de la congregación.

 

 EN QUÉ CREEMOS

Creemos que el Señor Jesucristo es el fundamento de esta iglesia (1 Corintios 3:11; Colosenses 1:16-20), y la Biblia, con sus 66 libros, la única autoridad para juzgar toda doctrina, práctica o controversia. Es únicamente a través de la fe en Cristo y la gracia manifestada en su obra redentora que somos salvos (Juan 14:6; Efesios 2:8-9; Hechos 4:12). Existimos para proclamar la gloria de Dios (1 Corintios 10:31; Efesios 1:1-14), exaltar el señorío de Jesucristo sobre todo (Filipenses 2:5-10), proclamar y extender el evangelio de salvación (1 Corintios 15:1-4; 9:16; Romanos 10:14-15), y promover la adoración en espíritu y en verdad a nuestro Dios (Juan 4:23) en todos los ámbitos de la vida.

  

CREDO AMPLIADO

 1. Referente a Dios

1.1 La Trinidad. Creemos y enseñamos que Dios es uno en esencia pero tres en personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14). Cada una de estas personas desempeña roles diferentes en el plan divino y merece la misma adoración y obediencia.

1.2 La Naturaleza de Dios. Creemos y enseñamos que solo hay un Dios (Deuteronomio 6:4; 1 Corintios 8:4), vivo y verdadero (1 Tesalonicenses 1:9; Jeremías 10:10), quien es santo, inmutable, eterno, inmortal, inescrutable, omnipresente y todopoderoso (1 Timoteo 1:17; Salmos 90:2; Santiago 1:17; Malaquías 3:6; Génesis 17:1; Apocalipsis 4:8; Salmos 145:3). Él es el creador y soberano del universo; nada sucede en su creación sin su consentimiento. Lo que Él desea siempre se cumple, llevando a cabo sus decretos eternos e inmutables (Isaías 46:10; 55:11) para Su gloria (Isaías 43:7).

1.3 Trascendencia e Inmanencia. Creemos y enseñamos que Dios es trascendente e inmanente sobre todo lo creado, sin limitaciones en conocimiento, poder o atributos (Salmos 90:2; Santiago 1:17; Salmos 139:7-12; Isaías 57:15; 1 Juan 3:20).

1.4 Dios Padre

1.4.1 Soberanía y Providencia. Creemos y enseñamos que Dios Padre, la primera persona de la Trinidad, ordena y dispone todas las cosas según su voluntad (Salmos 145:8-9; 1 Corintios 8:6; Efesios 1:11). Su control soberano se ejerce en amor sobre toda su creación y a través de la historia de la redención, mediante su omnisciencia y omnipotencia (Salmos 103:19; Romanos 11:36). Su paternidad es reconocida tanto en la Trinidad como en su relación con la humanidad.

1.4.2 Elección y Adopción. Creemos y enseñamos que Dios Padre ha elegido por gracia desde la eternidad a aquellos que serían suyos (Efesios 1:4-6). Él salva del pecado a todos los que llama por medio de Jesucristo y adopta como hijos a los elegidos antes de la fundación del mundo (Juan 1:12; Efesios 1:4; Romanos 8:15, 28-30; Gálatas 4:5; Hebreos 12:5-9).

1.4.3 Voluntad y Responsabilidad Humana. Creemos y enseñamos que Dios, desde la eternidad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que existe y sucede. Sin embargo, el hombre es responsable de sus acciones y Dios no es autor del pecado (Santiago 1:13-17), ni impide el ejercicio de la libertad humana, excepto cuando Él soberanamente lo decide (Hechos 16:6-7; Efesios 1:11; Romanos 9:15; 1 Juan 1:5-8; Juan 19:11).

1.5 Jesucristo

1.5.1 Divinidad y Mediación. Creemos y enseñamos que Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, es el Unigénito Dios desde la eternidad y el único mediador entre Dios y los hombres (Isaías 42:1; 1 Pedro 1:19-20; Juan 3:16; 1 Timoteo 2:5). Como Profeta, reveló al Padre; como Sumo Sacerdote, nos representa ante el Padre; y como Rey, gobierna eternamente (Juan 14:7; Hechos 3:22; Hebreos 2:17; Salmos 2:6; Lucas 1:33). Es la cabeza de la Iglesia, heredero de todas las cosas y juez universal (1 Corintios 11:3; 2 Corintios 5:10; Hebreos 1:2).

1.5.2 Encarnación y Naturaleza Dual. Creemos y enseñamos que Jesús se encarnó, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María (Lucas 1:27, 31, 35; Gálatas 4:4); que, siendo igual y coeterno con el Padre (Juan 1:1, 14; 1 Juan 5:20; Filipenses 2:6), se hizo semejante a los hombres, siendo verdadero hombre y verdadero Dios (Lucas 1:35; Colosenses 2:9; Romanos 9:5; 1 Timoteo 3:16). En su encarnación, no perdió atributos divinos, sino que restringió su uso según la voluntad del Padre.

1.5.3 Agente de la Creación. Creemos y enseñamos que Cristo es el origen y propósito de la creación; todo fue creado por Él, por medio de Él y para Él (Juan 1:1-3; Colosenses 1:16).

1.5.4 Redención y Expiación. Creemos y enseñamos que Jesucristo es nuestro representante ante Dios, sobre quien recayó la culpa de nuestros pecados (2 Corintios 5:21; Isaías 53:5). Se ofreció voluntariamente para encarnarse y cumplir la Ley en su totalidad (Salmos 40:7-8; Hebreos 10:5-10; Filipenses 2:8; Juan 10:18; Gálatas 4:4; Mateo 3:15; 5:17). Fue crucificado, murió por nuestros pecados (Romanos 5:8), fue sepultado y al tercer día resucitó corporalmente. Ascendió al cielo y está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros; y volverá gloriosamente en el tiempo designado (1 Corintios 15:3-4; Hebreos 4:14; 8:1-2; Romanos 8:34; Marcos 16:19; Hechos 1:11).

 1.6 Espíritu Santo

1.6.1 Eternidad y Obra. Creemos y enseñamos que el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, existe desde la eternidad y ha estado activo desde entonces (Génesis 1:2; Isaías 44:3; 32:14-18; Hebreos 9:14).

1.6.2 Regeneración y Convicción. Creemos y enseñamos que es a través de Él que somos regenerados y nacemos de nuevo (Juan 3:5-8). El Espíritu Santo es el dador de vida y ha sido enviado a convencer al mundo de pecado, justicia y juicio (Juan 16:7-8; 1 Pedro 1:3, 23).

1.6.3 Habitación y Santificación. Creemos y enseñamos que el Espíritu Santo habita en cada creyente (1 Corintios 3:16; 6:11), santificándolo (Romanos 8:13) y guiándolo a toda verdad (Juan 16:13).

1.6.4 Dones Espirituales. Creemos y enseñamos que el Espíritu Santo, junto con Cristo, distribuye a cada creyente dones espirituales por gracia y soberanía, según su sabio consejo, con el propósito de edificar el cuerpo de Cristo (1 Corintios 7:7; 12:4-7, 11; Efesios 4:11). Estos dones siguen vigentes y operando en la Iglesia actual.

2. Referente al Hombre

2.1  Naturaleza Humana. Creemos y enseñamos que, al ser creado a imagen de Dios, el hombre es un ser espiritual, moral, racional, emocional y con voluntad propia. Esto le permite relacionarse con Dios y con los demás, discernir el bien y el mal, razonar, experimentar emociones y decidir su curso de acción dentro de los límites establecidos por Dios.

2.2 Composición del Hombre. Creemos y enseñamos que el hombre está compuesto de espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12).

2.2.1. El espíritu es la parte que conecta al hombre con Dios, permitiéndole tener comunión espiritual y entender las cosas divinas (Romanos 8:16, Mateo 26:41, Juan 4:24).

2.2.2. El alma, principio de la voluntad, el centro de la personalidad de donde surgen los sentimientos, pasiones y afectos (1 Pedro 1:9, Marcos 12:30), inseparable del concepto de corazón, que controla nuestro entendimiento y sabiduría (Proverbios 16.21-23; 1 Reyes 3.12), y de mente, que es nuestra capacidad de pensar y razonar (Rom 12:2).

2.2.3 El cuerpo, nuestra parte física, es templo del Espíritu Santo para los que somos salvos (1 Corintios 6:19-20), y debe ser guardado principalmente de impureza sexual (Romanos 12:1; 1 Corintios 6:18).

2.3 Creación y Género. Creemos y enseñamos que el hombre fue creado por Dios a Su imagen y semejanza: «varón y hembra los creó» (Génesis 1:27). Entendemos que la Biblia enseña la existencia de solo estos dos géneros.

2.4 Propósito Original. Creemos y enseñamos que el hombre fue creado como representante de Dios en la tierra, actuando como administrador de la creación (Génesis 1:28-30).

2.5 Caída y Consecuencias. Creemos y enseñamos que Dios creó al hombre sin pecado, libre para elegir entre el bien y el mal, pero el hombre pecó por decisión propia, manchando la imagen de Dios y esclavizando su voluntad al pecado (Génesis 3:6; 2 Timoteo 2:25-26). Por tanto, está destinado a condenación eterna a menos que sea redimido por gracia, mediante la obra de Jesucristo y regenerado por el Espíritu Santo. El hombre natural no puede salvarse a sí mismo ni elegir a Dios (Romanos 5:6; 8:7; 3:10-12; Juan 6:44, 65; 15:5; Efesios 2:1-5; Colosenses 2:13; 1 Corintios 2:14; Tito 3:3-5).

2.6 Estado caído. Creemos y enseñamos que, como resultado de la caída, el hombre experimentó vergüenza (Génesis 3:7), temor (Génesis 3:8-10), pérdida de comunión con Dios (Efesios 2:1) y muerte física (Génesis 5:5). Ahora es enemigo de Dios (Romanos 5:10), esclavo del pecado (Romanos 6:17), está muerto en delitos y pecados (Efesios 2:1) y destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:23); con voluntad esclavizada (2 Timoteo 2:26) y entendimiento oscurecido (Efesios 4:18; 2 Corintios 4:4).

3. Referente a la Salvación del Hombre

3.1 Naturaleza de la Salvación. Creemos y enseñamos que la salvación es el acto mediante el cual Dios, por su amor, misericordia y gracia, interviene soberanamente dando a su Hijo para liberar al pecador de Su ira y permitirle disfrutar de Su gloria, llegando a ser coheredero con Cristo. Esta salvación es otorgada por gracia, mediante la fe en Cristo, para la gloria de Dios (Efesios 2:8-9; Gálatas 2:21; Romanos 9:16; 11:6).

3.2 Dimensiones de la Salvación. Creemos y enseñamos que la salvación tiene una dimensión pasada, presente y futura. En el pasado, nos justificó (Romanos 8:28-30), liberándonos de la pena del pecado (Romanos 6:23) y declarándonos justos (Gálatas 2:16; 3:10-14). En el presente, nos santifica, liberándonos del poder del pecado (2 Corintios 3:18) y conformándonos a la imagen de Cristo. En el futuro, nos glorificará (1 Corintios 15:25-58; Filipenses 3:21), liberándonos de la presencia del pecado (Efesios 5:27).

3.3 Fe en Cristo. Creemos y enseñamos que la fe que salva está puesta únicamente en la obra redentora de Cristo. Creemos que Jesús vivió en perfecta obediencia, murió en nuestro lugar como el Cordero de Dios, resucitó como Rey de reyes y Señor de señores, obteniendo el perdón de los pecados y la justificación para quienes creen en su nombre (2 Timoteo 1:9; 1 Pedro 2:24; 3:18; 1 Corintios 1:30; 15:3; 2 Corintios 5:4; Romanos 3:24-25; 4:25; 5:6; 8:34; 14:9).

3.4 Soberanía de Dios. Creemos y enseñamos que hemos obtenido salvación por la voluntad soberana de Dios y para su gloria. (Efesios 1:4-6; Juan 1:12-13; 6:44; Romanos 9).

3.5 Elección Divina. Creemos y enseñamos que Dios nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él (Efesios 1:4). «En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia» (Efesios 1:5-6; Gálatas 4:4-5; Romanos 8:17; Juan 1:12).

3.6 Responsabilidad Humana. Creemos y enseñamos que, aunque la salvación es una decisión divina, el hombre es responsable de sus acciones y dará cuenta a Dios por sus obras (Juan 3:36; 2 Corintios 5:10; Santiago 1:13-14).

4. Referente a la Iglesia

4.1 Iglesia Universal. Creemos y enseñamos que todo aquel que ha puesto su fe en Jesucristo como Señor y Salvador es parte de la iglesia universal mediante el bautismo del Espíritu Santo (1 Corintios 12:13). La Iglesia es el cuerpo de Cristo y no puede ser separada de Él (Efesios 1:22-23; 4:15-16; 5:23; Colosenses 1:18; 1:24).

4.2 Iglesias Locales. Creemos y enseñamos que la iglesia universal está compuesta por creyentes que se congregan en iglesias locales en todo el mundo (Hechos 8:1; 1 Corintios 16:19), cumpliendo la Gran Comisión, adorando a Dios, proclamando su Palabra y contribuyendo al crecimiento de los santos hasta la plenitud de Cristo. La Iglesia practica el discipulado, adoración conjunta, oración y ministración mutua, estimulándonos al amor y buenas obras (Hebreos 10:25). Además, está llamada a proclamar el evangelio hasta los confines de la tierra (Mateo 28:18-20).

4.3 Autoridad y Liderazgo. Creemos y enseñamos que la autoridad suprema de la Iglesia es Cristo (1 Corintios 11:3; Efesios 1:22). Dios ha establecido líderes para pastorear a su pueblo: pastores y diáconos, quienes deben ser irreprensibles (1 Timoteo 3:1-13). Los términos «anciano», «obispo» y «pastor» se usan indistintamente en la Escritura para referirse al mismo oficio. Estos líderes son reconocidos por la iglesia a medida que el Espíritu Santo los levanta, equipa y confirma para el ministerio.

4.4 Funciones de Pastores y Diáconos. Creemos y enseñamos que los pastores son los líderes espirituales de la congregación y los diáconos asisten en la administración y organización de la iglesia (Efesios 4:11-12; 1 Timoteo 5:17; Hechos 14:23; 6:4).

4.5 Reconocimiento Pastoral. Creemos y enseñamos que el cuerpo pastoral está compuesto por hombres llamados por Dios y reconocidos por la congregación para servir como pastores (1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-5).

4.6 Sumisión y Responsabilidad. Creemos y enseñamos que la congregación debe someterse piadosamente a sus pastores, entendiendo que ellos velan por sus almas y rendirán cuentas a Dios (Hebreos 13:7, 17).

4.7 Liderazgo Femenino. Creemos y enseñamos la importancia del liderazgo femenino en la iglesia: en la enseñanza, discipulado y formación espiritual de mujeres, niños y preadolescentes, así como en múltiples áreas. Reconocemos que las mujeres pueden ser designadas como diaconisas, siguiendo el ejemplo de Febe en Romanos (Romanos 16:1).

4.8 Misión de la Iglesia. Creemos y enseñamos que la Iglesia ha sido llamada a ser santa y sin mancha (Colosenses 1:22) y se le ha encomendado proclamar la obra de redención, es decir, el evangelio, y dar a conocer la sabiduría de Dios como columna y fuerza de la verdad (Efesios 3:10-11; 1 Timoteo 3:15; Mateo 28:18-20; Apocalipsis 5:9; Hechos 14:23).

 5. Referente a la Biblia

5.1 Inspiración de la Biblia. Creemos y enseñamos que toda la Escritura es inspirada por Dios. Cada autor fue impulsado y guiado por el Espíritu Santo, conservando sus personalidades y estilos, para escribir la Palabra de Dios sin error en los manuscritos originales (2 Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16). Su inspiración es inerrante e infalible, siendo nuestra única autoridad en materia de fe y práctica; sus verdades son absolutas y eternas (Mateo 24:35). Con las Escrituras evaluamos todo lo que hacemos dentro y fuera de la iglesia (Hechos 20:32; Hebreos 4:12). Por eso, afirmamos la importancia de una interpretación sana y responsable de la Palabra de Dios.

5.2 Autoridad de la Biblia. Creemos y enseñamos en la autoridad de la Biblia, cuyas enseñanzas deben ser creídas y obedecidas, sin depender del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino exclusivamente del testimonio de la Palabra de Dios (2 Pedro 1:19, 21; 2 Timoteo 3:16; 1 Juan 5:9; 1 Tesalonicenses 2:13).

5.3 Composición de la Biblia. Creemos y enseñamos que la Biblia consta de 66 libros, 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento, reconocidos desde la iglesia primitiva.

5.3.1 Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.

5.3.2 Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos, Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan, Judas y Apocalipsis.

  6. Referente a las Ordenanzas del Pacto

Creemos y enseñamos que la Iglesia ha recibido del Señor Jesús dos ordenanzas como señal del Pacto de Gracia (Mateo 28:19; 1 Corintios 11:23): el Bautismo y la Santa Cena.

6.1 La Santa Cena. La Santa Cena fue instituida por Jesús la noche antes de su crucifixión (Mateo 26:26-30) para ser celebrada regularmente por creyentes bautizados, con frecuencia determinada por cada iglesia local, como recordatorio de su sacrificio en el Calvario (Lucas 22:19-20; 1 Corintios 11:26). Los elementos, pan y vino, simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo (1 Corintios 11:26-28; Mateo 26:29). Se siguen las pautas de 1 Corintios 11:23-26 en su celebración.

6.2 El Bautismo. El Bautismo se realiza por inmersión total después de creer en Cristo como Señor y Salvador. Es una representación de nuestra unión con Él, muriendo al pecado y resucitando a una nueva vida. Cada creyente debe ser bautizado voluntariamente como testimonio público de su fe, no como medio de salvación (Mateo 28:19; Efesios 2:8-9).

 7. Referente a los Últimos Tiempos

7.1 La Segunda Venida de Cristo. Creemos y enseñamos que el retorno de Cristo será personal, súbito, visible y corporal (Mateo 24:44; Hechos 1:11; 1 Tesalonicenses 4:16; 5:1-10; Hebreos 9:28; Apocalipsis 22:7, 12, 20).

7.2 Expectativa y Vigilancia. Creemos y enseñamos que nadie conoce el momento exacto de la venida del Señor (Mateo 24:44; 25:1-13). El creyente debe esperar con expectativa, gozo y entusiasmo el retorno de Cristo (Apocalipsis 22:20; Tito 2:12-13; 1 Corintios 16:22).

7.3 Señales Precedentes. Creemos y enseñamos que el retorno de Cristo será precedido por diversas señales (Mateo 24:32-39), incluyendo la predicación del evangelio en todo el mundo (Mateo 24:14).

7.4 Gran Tribulación. Creemos y enseñamos que habrá una gran tribulación (Marcos 13:7-8, 19-20; Mateo 24:15, 21; Lucas 21:20-24; Daniel 12:1), con la aparición de falsos profetas (Mateo 24:23-24), señales celestiales (Mateo 24:29-30), una gran apostasía (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:5, 11) y la manifestación del Anticristo (2 Tesalonicenses 2:1-10). Esto es solo el comienzo de dolores (Mateo 24:3-9). Durante este período, Israel experimentará un avivamiento masivo (Romanos 11:25-26).

7.5 Arrebatamiento de la Iglesia. Creemos y enseñamos que la Iglesia que esté santificada será arrebatada para encontrarse con el Señor en las nubes (1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-54).

7.6 Juicio Final. Creemos y enseñamos que la humanidad será dividida para ser juzgada en dos momentos: el Tribunal de Cristo (2 Corintios 5:10; Romanos 14:10-12), donde la Iglesia de Cristo será recompensada según sus obras; y el Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-14; Mateo 25:31-46) donde serán juzgadas las naciones.

7.7 Reino Milenial y Destino de Satanás. Creemos y enseñamos que habrá un reino de mil años (Apocalipsis 20:1-6; Isaías 11:6-11; 65:20). Durante este período, Satanás será atado y al término del milenio será liberado y reunirá a multitudes de incrédulos para hacer guerra contra el Señor (Apocalipsis 20:7-9). En la batalla final, Satanás será derrotado y arrojado al lago de fuego y azufre, donde también estarán la bestia y el falso profeta (Apocalipsis 20:10).